Tradicionalmente el Posclásico se caracterizó por los importantes cambios culturales atribuidos a la acción de fuertes influencias mexicanas y se dividió en Temprano, del 900 al 1,250 d.C. y Tardío de 1,250 a 1,524 d.C.
Debido a los trabajos arqueológicos efectuados recientemente en el altiplano, este período se concibe más bien como una etapa de continuidad y cambio. En la actualidad también se concibe la división del Epiclásico, período correspondiente al momento de transición entre el Clásico y el Postclásico, del 850 al 1,100 d.C.